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domingo, 23 de febrero de 2014

La Oscuridad De La Bestia (Fragmento)

Miércoles 14 de Noviembre del 1754

Querido amigo,

los muchos años de estudio tras la bestia de los ojos rojos  han dado sus frutos. Sé que está en Las Urdes.Ese ser es misterioso y respetado a la vez que temido. Su aspecto paraliza, al igual que cuentanque cuando se  aparece hay un silencio tremebundo que hace detenerse al másvaliente y atraerlo hasta las sombras. Entonces nunca más se sabe de esa persona.

La aldea en la que habita ha quedado derruida por los largos años de la despoblación y miedo y ya nadie se arriesga a caminar por esa zona.El sendero que conducía hacia la taberna o la iglesia han quedado enterrados por las zarzas y demás arbustos.De vez en cuando, en otoño normalmente, las campanas del pueblo vuelven a sonar y el viento parece aullar. De hecho, querido Guillén, no es la corriente lo que las hace sollozar es La Bestia que muestra su pesar.

 Viernes 16 de Noviembre de 1754

En efecto, he llegado, estoy en Las Urdes, al final me atreví a explorar este terreno desconocido para mí y réprobo para otros y que la verdad sea dicha pues como equivocarse no se equivocan.La he visto e investigado  de algo más me he percatado: Antaño no fué así. Ella fué humana, lo presiento.

Sábado 17 de Noviembre de 1754

Me desperté horrorizado, ví sus ojos rojos junto a mi cara. Estoy aterrado, ¿estaré volviéndome loco, quizá?

Lunes 19 de Noviembre de 1754

He despertado. Creía continuar soñando,  una melodía irreal me envolvía. Cerré los ojos de nuevo y cansado de ignorar tales cantos decidí levantarme y buscar tal inaudito sonido. De pronto la vi. Mis ojos jamás habían visto figura femina tan elegante y, aunque pasó rápida como un rayo, pude comprender que era el monstruo que la gente temía, ¡sabía que ella era en realidad una doncella!

Martes 20 de Noviembre de 1754

Agazapado entre los juntos del río mi mirada se ha cruzado con la suya. La bella se funde con la bestia y corre hacia mí, te escribo malherido, querido amigo. No sé si hoy mi alma se desvanecerá en el ocaso.

Espero seguir vivo cuando leas esto, Guillén

de tu fiel Nuño.