Erase un lugar no muy lejano a donde tú vives, exactamente, puede que incluso conozcas alguna persona que le ocurrió algo parecido a lo que te voy a contar. Una persona que posee (o poseía) un don, el don de la creatividad, una persona genuina y única que se guiaba por sus principios e ideas y no se dejaba llevar por la sociedad.
Pongámosle un nombre a esta persona, digamos que se llama Sofía*, por decir un nombre y esta chica se aburre pensando que, realmente (o al menos concienzudamente cree) que no tiene amigos.
Sofía se pasaba los días viendo series, observando cómo la gente se divertía e intentaba copiarlos algunas veces en la forma de vestir y de actuar pero nunca le salía como ella esperaba. La vida para ella no era como en las películas tan maravillosas en las que la protagonista era la chica más popular, guapa y por lo tanto admirada de su instituto. Normalmente dicho personaje carecía de inteligencia, ya que la finalidad de la mayoría de las películas que usaba Sofía como referencia tenían un mensaje detrás de ellas y eso la entristecía más, ya que eso la desmotivaba bajándole la moral y haciéndole pensar que ella no era cómo la gente quería que fuera. Esta chica empezó a perder peso queriendo seguir cánones de belleza que veía en la revista que su madre compraba todos los domingos por la mañana. ''La mayoría de las modelos no tenían ninguna curva en su cuerpo''-Pensaba ella y, por un momento volvía a ser ella. ''Pero están más delgadas que yo y yo estoy gorda, mira estos michelines''-Decía agarrándose la tripa mientras se miraba al espejo ''Y estos muslos y encima parece que tengo algo de papada''.-Los ojos se le llenaron de lágrimas y empezó a llorar.
-¡No puedo más!-Lloró y entonces tomó la decisión equivoca y se metió dos dedos para vomitar aunque no estaba gorda ni delgada, sino normal, en un peso completamente sano.
Con el tiempo empezó a cambiar y a los meses Sofía ya no era la misma. Ya no apoyaba lo que antes defendía a capa y espada, todo eso había quedado atrás. Ya sólo quedaba la ahora conocida como Sophie**, la que se vestía con falda corta, camisa por encima del ombligo y zapatillas de marca; la Sofía que antes no se esmeraba demasiado con su físico ya no estaba. Sus nuevos amigos*** eran muy 'divertidos' y hacían cosas que, en mi opinión, no son muy adecuadas para su edad. Pero eso no era lo peor, lo peor es el hecho de haber dejado su verdadera esencia detrás, su forma de ser. Esa chica que hace que los chicos se rompan el cuello por ella ya no es Sofía. Ya no es la muchacha que conocimos. Ya no dibuja, ya no escribe ni lee. Sofía nos ha dejado.
Hoy ha muerto de nuevo la originalidad, pero ha nacido otro títere más para la humanidad. Ya no tenéis que preocuparos.
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Sofía* El nombre Sofía significa inteligencia y define a nuestro personaje, lleno de ideas y creación de increíbles historias llenas de aventuras de un valiente y algo despistado héroe montado a lomos de un sublime caballo blanco, enternecedores pero tristes romances bajo un sauce y casas en acantilados que ocultan secretos insospechados.
Sophie** Esta es la nueva Sofía. Se ha puesto este apodo para poder encajar más y 'estar en la onda'.
Amigos*** Estos no son verdaderos amigos, como podréis imaginar, no son más que esclavos del aspecto que conducen a Sofía y la manejan como les place.
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